Buenas conversaciones, buenos futuros
No parking, no business
No parking, no business
21 Agosto 2008
Sin estaciinamiento no hay negocio...
Edgardo Lovera >
authenticated user Corresponsal Candidato
Nadie puede hoy emplazar un local, oficina o servicio público sin pensar en que deberá destinar unos cuantos metros a estacionamientos. "Sin estacionamiento, no hay negocio", no parking, no business señalan los ingleses; y no hay estratega comercial que calcule una nueva inversión sin pensar en que cada visitante hará uso de su automóvil para llegar.
Para el anecdotario, al proyectarse la construcción del nuevo estadio de los Yankees (equipo de béisbol de NY), se determinó que gran parte del viejo recinto, sería convertido en plaza de aparcamiento.
Tal es el poder del automóvil, que se ha llegado a privilegiar más los estacionamientos que las áreas verdes, las iglesias o los centros comunitarios.
Basta recordar, que más de una plaza o parque ha debido ceder metros a autopistas o estacionamientos, a pesar que los beneficios en salud pública y efecto invernadero hacen más importante un sauce que un mercedes. Sería un sueño pensar que por cada nuevo estacionamiento se obligara a plantar un árbol en el mismo lugar.
Pero, ante la realidad no nos queda más que constatar que a pesar que el derecho a movilizarse en cuatro ruedas es de importancia nacional, hay falencias y problemas incluso para los autos y sus dueños.
De hecho, si no hay donde estacionarse, se le quita espacio a los peatones, minusválidos o a los propietarios de las viviendas que dan a la calle. Algunos ejemplos:
1.- La Policía de investigaciones no cuenta con el número suficiente de estacionamientos para sus funcionarios y unidades, y menos para sus usuarios.
2.- Intendencia, Hospital Regional, Mercado Municipal, no tienen estacionamientos expeditos, dignos de una ciudad moderna.
Otro problema, son los trabajadores de parquímetros: sin baños, techos y un lugar para almorzar acorde con la ley vigente laboral.
Para el anecdotario, al proyectarse la construcción del nuevo estadio de los Yankees (equipo de béisbol de NY), se determinó que gran parte del viejo recinto, sería convertido en plaza de aparcamiento.
Tal es el poder del automóvil, que se ha llegado a privilegiar más los estacionamientos que las áreas verdes, las iglesias o los centros comunitarios.
Basta recordar, que más de una plaza o parque ha debido ceder metros a autopistas o estacionamientos, a pesar que los beneficios en salud pública y efecto invernadero hacen más importante un sauce que un mercedes. Sería un sueño pensar que por cada nuevo estacionamiento se obligara a plantar un árbol en el mismo lugar.
Pero, ante la realidad no nos queda más que constatar que a pesar que el derecho a movilizarse en cuatro ruedas es de importancia nacional, hay falencias y problemas incluso para los autos y sus dueños.
De hecho, si no hay donde estacionarse, se le quita espacio a los peatones, minusválidos o a los propietarios de las viviendas que dan a la calle. Algunos ejemplos:
1.- La Policía de investigaciones no cuenta con el número suficiente de estacionamientos para sus funcionarios y unidades, y menos para sus usuarios.
2.- Intendencia, Hospital Regional, Mercado Municipal, no tienen estacionamientos expeditos, dignos de una ciudad moderna.
Otro problema, son los trabajadores de parquímetros: sin baños, techos y un lugar para almorzar acorde con la ley vigente laboral.
El auto ya casi no es un lujo sino una necesidad. El combustible que usa, los derechos que paga, lo que contaminan y los accidentes que producen son titulares diarios en todos los medios, y donde se dejan, el dolor de cabeza de cualquier negocio que se esfuerce en hacer un estudio de mercado.
