La foto-testigo de una barbarie urbanística

20 Junio 2008
Hoy día, la playa que vemos en la foto, y los sauces junto a las aguas, ya no existen. En este lugar, en toda su extensión, se han vertido cientos de toneladas de rocas y otros materiales pétreos que constituyen la base de la nueva "vía de circulació
Manuel Gross >
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costanera antiguaMuchos interesados hay en hacer desaparecer esta foto. En el borde mismo de casco urbano de la ciudad, a no más de dos o tres cuadras del centro, se iniciaba este bucólico camino recorrido por cientos de vehículos todos los fines de semana del año, para gozar del paisaje, acceder a las pequeñas zonas de playa, hacer picnic bajo los sauces junto al lago, pasear bajo el aroma de los bosquecillos de boldos centenarios y llegar hasta el estero Iribarren, donde una mini rotonda natural poblada de grandes árboles permitía devolverse y, por qué no, en las noches cobijaba a los enamorados que no tenían mejor lugar para expresar sus sentimientos.


Esta era la verdadera Costanera de Villarrica, pobre pero humana. Y cuando la ciudadanía pedía una Costanera más moderna, suponía que Obras Públicas pavimentaría este camino, haría algunos ensanches necesarios, colocaría mobiliario urbano (asientos, barandas, miradores, ciclovías), embellezaría las bajdas a las playas, etc., conservando, por supuesto, la identidad y carácter de este hermoso paseo villarricense.


Pobres ilusiones provincianas!!!


Los tecno-burócratas de Obras Públicas, encerrados entre las cuatro paredes de sus oficinas (tal como diseñaron el oprobioso Plan Transantiago) y bajo un total secreto, digno de una estrategia militar, diseñaron una eficiente autopista hacia Pucón en lo que consideraron terrenos inservibles: La franja de playas que se extiende por más de un kilómetro por el borde costero de la ciudad. Los planos oficiales del proyecto se conocieron solamente cuando las obras ya estaban asignadas a los contratistas particulares y se daba inicio a algunas actividades preparatorias del terreno, como cortar todos los árboles existentes entre la playa Pucara y el Estero Iribarren.


Hoy día, la playa que vemos en la foto, y los sauces junto a las aguas, ya no existen. En este lugar, en toda su extensión, se han vertido cientos de toneladas de rocas y otros materiales pétreos que constituyen la base de la nueva "vía de circulación rápida" diseñada "para aliviar el tráfico con destino a Pucón". Será inaugurada, si o si, antes de las elecciones de octubre, y se verá resplandeciente, llena de banderas y afiches alusivos al "progreso", con el aplauso de muchos miopes que no verán que por esta vía el progreso se marcha de Villarrica para radicarse en otra parte.


Barbarie costanera


Poca o nula consideración ha habido respecto a los temas fundamentales en los planes de desarrollo de la comuna: El creciente flujo de turistas nacionales y extranjeros, el rápido crecimiento demográfico de la ciudad, la mayor proporción de los ingresos familiares que se gastan en turismo local, la carencia de otras actividades de significación económica, la demanda por la mantención de los ecosistemas naturales, el comercio local que depende del flujo de turistas, la carencia de una identidad propia como "destino turístico" internacional, etc.



De este modo culmina la fatal historia de auto mutilaciones que comenzó con la utilización de la arena de las playas como material de construcción, siguió con el total abandono de las zonas de playa que quedaron utilizaables (como se ve en la foto principal: abandono total, cero instalaciones, cero ornato) y se concretó con el silencio y la resignación ante este último atentado al futuro de una ciudad que debería haber sido un orgullo para todo el país.


Para facilidad de consulta se muestra a continuación el primer reportaje completo al Proyecto Costanera publicado hace un año.


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