Día a día una amiga que la vida no la había tratado muy bien, Solía llegar muy temprano a buscar sus Diarios para ir a esa esquina a venderlos.
Su mañana se iba volando, corriendo entre medio de los vehículos mientras trascurrían los segundos del semáforo.
Cada día era una aventura, conocía muchas personas y tenía sus clientes habituales que a bocinazo limpio esperaban ser atendidos por mi amiga.
Un día, cuando la temperatura nos hacía recordar el caribe en plena temporada alta, conoció al que hoy sería el peor recuerdo de su vida.
¡Hola cariño, dame mi diario por favor¡, ¡Que bella está hoy caserita, me daría mi diario?¡, ¡Quédese con el vuelto no más, otro día se lo cobro!.
Estas buenas palabras y simpáticas frases la llevaron a  soñar con la posibilidad de que algún día llegaría a conocerlo más íntimamente, al fin, siendo gordita había causado llamar su atención y simpatía.

Bueno, no estaba tan alejada de la realidad. Ya era tarde y debía haberse vuelto a casa hace más de media hora… cuando una insistente y cantadita bocina la hizo darse vueltas y ver que su romeo estaba dispuesta a llevarla a casa en su caballo blanco año 1994.

No lo podía creer, estaban en la puertas de su casa y las manifestaciones de aprecio e interés la tenían tan nerviosa que no aguantó más, corrió a casa tan rápidamente que ni siquiera se  despidió como la gente.

No tengo que contarles que esa noche fue de insomnio y que  a la mañana siguiente estaba tan nerviosa y distraída que casi pasa una rueda sobre sus pies, entre muchos otros chascarros.
Solo quería terminar de vender sus diarios rápido y salir corriendo de ese semáforo, pero era tarde… ahí estaba, con su manito blanca regalándole un saludo y pidiéndole su infaltable diario.
Le preguntó si ya terminaba, para ir a dejarla. A lo que respondió que si.
Si bien no la llevo a casa, sino a un restaurante del centro, cada instante a su lado era estar sobre nubes, viviendo una aventura de esas que sólo viven las regias con suerte. Según ella contaba.

No se demoraron en comenzar una linda relación, muy sana, del trabajo a la casa y uno que otro almuerzo. Todo bien, hasta que acordaron salir a cenar un fin de semana.

Esa noche fue el comienzo de un camino largo y lleno de sufrimientos para mi querida amiga.
Era un poco agresivo y le encantaba mucho el trago, lo cual era un inconveniente para ella, ya que al terminar la velada solo quería  llevarla a un lugar muy retirado de la cuidad, según él, “para estar más tranquilo”.
Yo le aconsejaba que se fuera con cuidado, que esas personas deben ser observadas y por supuesto, si era su pololo, ya era hora de verlo interactuar con su familia y amigos. Por supuesto que me ofrecí para conocerlo y darle mi opinión. Pero no tuve esa repugnante oportunidad.

Ella estaba demasiado enganchada, no escuchaba consejos, y como muchas gorditas y flacas también, su autoestima no estaba reforzada, y creían que era lo que le había tocado y debían resignarse. “Posiblemente con el matrimonio cambie…”

Un día, como a la cinco de la tarde, recibo un llamado muy angustiado de la madre de mi amiga que me pide por favor la acompañe al hospital, ya que ella estaba allá y al parecer había sido asaltada.
Corrimos en llegar, y efectivamente parecía eso, no recordada mucho, solo que había caminando hacia su casa y bajando una larga escalera un tipo la tomó por la espalda, le puso un cuchillo en el cuello, la golpeó, rasgó sus ropas  y le quitó todo lo que tenía.
No vio rostro, así que la cosa quedó ahí.

Han pasado tres semanas y le pregunté sobre los hechos de ese día y a que no adivinan… Sí, me dijo la verdad.
Este tipo quiso abusar de ella, la golpeó hasta el cansancio y le dijo que solo la quería para eso, que más podría esperar de una mujer con semejante talla.

Le dije que no había que avergonzarse por lo que había pasado, muchas otras mujeres lo han vivido también. Pero solo las valientes lo denuncian. Esos monstruos no deben estar sueltos.

Es importante recalcar que esto no le pasó por ser gordita, es por la maldad y demencia de este mundo. Tu eres, al igual que las demás mujeres solo una víctima  y debes ser doblemente valiente, primero, para denunciar y luego para seguir buscando tu felicidad
y el amor verdadero.
 
¿Cuáles son los signos que un hombre agresivo podría darnos? ¿Existen esas señales o es una ruleta rusa?