Anoche (miércoles por la noche) Sofía y Camila, dos niñas de la Isla Teja en Valdivia fueron asesinadas. Escribo en nombre de la Red de Mujeres de Valdivia y de la Red Chilena Contra la Violencia Doméstica y Sexual para sensibilizar a las mujeres y hombres valdivianos sobre la violencia que diariamente toma la vida de las mujeres y las niñas en Chile y en el mundo.

Los medios de comunicación y la sociedad en general presenta y acepta el discurso de los agresores como sicópatas y drogadictos, esto impide reconocer los patrones culturales patriarcales de propiedad y de dominio sobre los cuerpos y las vidas de las mujeres y niñas que han naturalizado y legitimado por siglos esta permanente violación a sus derechos humanos.

No son enfermos: son agresores de mujeres y niñas, machistas y femicidas.

¿Qué es necesario para poner fin a esta ola de muertes, lesiones y torturas contra las mujeres y las niñas? ¿Qué es necesario para que los jueces fallen en conciencia, sancionando de inmediato a los criminales y colocando en resguardo a las víctimas? ¿Qué es necesario para que las autoridades máximas del país se pronuncien clara y públicamente en contra de estas circunstancias, que reflejan la subordinación de las mujeres y su total falta de poder social? ¿Qué es necesario para que la policía cumpla efectiva y oportunamente su labor de protección? Y sobre todo, ¿qué es necesario para que vivamos en una cultura de solidaridad, igualdad y respeto entre mujeres y hombres?

El llamado es a levantar la voz y no permitir que nuevamente esto quede en la impunidad.

Expresamos a través de este comunicado las condolencias y toda nuestra solidaridad a las familias y amigas/os de Sofía y Camila.

Por Siomara Molina

¡Hasta cuando!

Amigos: sé que el objetivo de este diario es hacer ver a los lectores que en nuestra ciudad pasan cosas positivas; pero no puedo permanecer indeferente ante lo que aconteció la noche de ayer en nuestra ciudad. Estoy consternada, y sé que es el sentimiento de muchos.

Me siento profundamente comprometida con el dolor de esos padres que perdieron a sus pequeñas. Me invade la impotencia y los deseos de tomar por un minuto la justicia en mis manos. No hay derecho, nada en este mundo justifica un crimen de ese calibre. Alguien que es capáz de tomar la vida de otro ser humano no merece compasión, mucho menos, un ser que se atreve a dañar a dos inocentes.

El señor las tiene ahora en sus brazos, ellas están en paz. Espero de todo corazón que las familias, amigos que ahora sufren puedan encontrar el consuelo.

Y espero también de corazón que aquel juez que tome este caso, le haga honor a su cargo y sepa aplicar con integridad y consecuencia el peso que una atrocidad así merece.

Un abrazo a todos.

Por Paola Vera

Párrafos como éstos son los que llegaron a El Naveghable en la tarde de ayer jueves, corresponsales que vivieron una jornada que nos impactó a todos los valdivianos, y a los que somos padres y los que aún no, nos dejó en el más profundo desconcierto.

Seguimos este acontecimiento en el más absoluto silencio y es cierto, no caímos en el morbo de la crónica roja, tanto por ética, por línea editorial y por nuestro respeto hacia las familias.

Pero así también vivimos lo que es la fuerza de la ciudadanía y nos hacemos parte del dolor de toda una ciudad, la que se vió reflejada el día de ayer por medio de cadenas, avisos y el boca o boca, convocando a una gran cantidad de valdivianos en torno a una plaza de juegos para reprochar y pedir justicia, para que la maldad no quede impune.

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