Ana González, la Desideria, baluarte del teatro chileno

Ana González, la Desideria, baluarte del teatro chileno

09 Septiembre 2007
Conocerla es conocer un buen tramo de la historia de Chile y de la escena nacional, descubrirla con y sin la Desideria a cuestas, es un privilegio.
Willy González >
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La figura de una mujer anciana, de cana cabellera y mirada extraviada, que se asoma a las ventanas de su departamento para ver los verdes árboles del Parque Forestal, poco nos habla de la potente mujer y tremenda actriz que ha sido Ana González.
Conocer detalles de la vida de una persona como Ana González, la inolvidable Desideria, es reconocer, sin duda, la historia del teatro chileno. Resulta verdaderamente gratificante saber que una persona tan sencilla como ella llegó a transformarse en una actriz de indiscutible talento y trayectoria y, dicho en buen chileno, "a puro ñeque". Anita nunca estudió técnicas de actuación, ella tenía el talento y lo fue descubriendo y fortaleciendo día a día con gran profesionalismo, con absoluta pasión y verdadera entrega.
Ana González, la grande, la diva humilde, la actriz de rostros infinitos, la mujer del verdadero compromiso social y actoral, la niña tímida que en ella se escondía, la mujer que sin jamás parir fue madre de tantos actores, la bullanguera y la silente. Ana, Anita, Desideria, Isabel I (en María Estuardo, 1980, Teatro de la Universidad Católica), la Dama de las Camelias, Emilia (Su lado flaco, 1985 TEUC), Frosina (El Avaro, 1975 TEUC), Rosaura San Martín (La pérgola de las flores, sin año, fueron tantos años y siempre será ella a quien se recuerde en este papel), todas las mujeres que vivieron y quizás aún viven en Ana María Luisa Delicias Villela Francisco de Asís González Olea, verdadero nombre de la primera actriz, simplemente Ana González.
Es casi una costumbre nacional el referirse de buen tono a la gente cuando ya no está, en el caso de Anita González este hábito fue echado por tierra, pues fueron varios los merecidos homenajes y reconocimientos que recibió a lo largo de su carrera.. Homenajes que sin duda. confirmaban su calidad como actriz, sus cualidades personales, una mujer directa que defendía sus ideales con fuerza y decía lo que sentía en el momento. Dueña de una atractiva personalidad y gran calidad humana, es imposible no admirarla y hablar de su persona con especial cariño.
En 1995 se retiró del teatro para siempre, luego de un triste incidente durante la obra "Viejas" junto a la actriz Yoya Martínez, Ana González olvidó sus parlamentos, y la obra debió ser suspendida, lo cuál evidenció los primeros síntomas de un incipiente Alzhaimer que la tiene enferma hasta el día de hoy. Sin embargo a pesar de su olvido, la actriz fue ovacionada de pie por el público asistente en un momento de gran emoción para quienes se encontraban presenciando la obra. Para los amantes del teatro esa “despedida para siempre de los escenarios teatrales” fue doloroso, más aún cuando el público no se resignaba a despedirse de una de las grandes, de hacerse la idea de que solo en la memoria de cada uno de los que alguna vez la vieron sobre las tablas quedarían esas emociones, recuerdos y momentos entregados por la actriz.
Su situación actual, una triste enfermedad la mantiene alejada de la realidad, pero para sus amigos y compañeros de trabajo, y para nosotros, el público común, los simples espectadores, seguirá presente en cada una de sus obras porque una actriz de su nivel no se puede olvidar.
Hoy por hoy, Ana González vive aislada del mundo real en su viejo departamento del parque Forestal, aquel de la calle miraflores…”dando la vueltecita”… como solía decir ella. La prensa la ha buscado pero ella desde hace mucho se fue de este mundo. Vive junto a Lute, la persona que la ha cuidado durante estos últimos 7 años de su vida y que a pesar de los rumores y controversias de los medios, ha sido la persona que se ha preocupado de su salud, le ha dado el cariño y el amor que muchas veces no le damos a los ancianos en nuestra sociedad.
"Quisiera que Dios me fuera desgastando poco a poco, hasta quedar como una cosita no más y sin fastidiar mucho a nadie"…Ana González
Quisiéramos muchos que fastidiaras en vez de verte diluyéndote, desapegándote de la vida... qué cosas, de vez en cuando Dios cumple incluso este tipo de deseos.
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